Revista Asor

 ¡Eres bonita! ¡No eres tan bonita! ¡Serías más bonita si tus piernas no estuvieran tan grandes! ¡Deberías sentarte así, se te oculta la lonja! ¡Las faldas no te quedan, tus piernas son muy grandes! ¡Cuidate, lo que te digo es por tu salud! ¿Vas a comer todo eso? ¿Y sí eliminas las grasas de tu dieta? ¿Sabías que el dulce es dañino? ¿Y sí mejor comes de pie? No, no te enojes. No lo digo con mala intención. No lo digo para hacerte daño. No significa que no me importas. ¡Maldita sea! No me enojo porque lo que me dices, me enojo, porque me daña. Me enojo, porque me siento fea por existir. Me enojo, porque prefiero vomitar lo que como antes que nutrirme. Me enojo, porque dejé de usar pantalones cortos y faldas. Me enojo, porque mis malditas piernas y abdomen se volvieron una inseguridad. Me enojo, porque tus comentarios me hacen sentir peor de lo que ya siento. El espejo grita que estoy gorda. El reflejo me devuelve las risas de otros por ver mi cuerpo. Me muestra las miradas de asco que l

 Tengo un linaje de historias marchitas, luces apagadas, voces reprimidas y cicatrices heredadas en cada parte de mi piel. Me lastimaron los sueños cuando le cortaron las alas, se me secaron los labios cuando otras bocas las besaron sin permiso y solo porque sí, me tiembla el cuerpo porque conozco el miedo desde antes de nacer. Se comieron mis entrañas y me arrebataron todo, me quitaron la esperanza y me sembraron la obediencia. Nací callada y llena de culpas, las vi llorar arrodilladas con la cara en el piso y la humillación restregada en la garganta. Lo he sufrido todo lo hemos padecido todas, porque yo soy ellas y ellas son yo, porque hay algo que nos une más que el miedo y la desesperanza, somos aves que renacen patrones que se rompen voces que ya no se esconden heridas abiertas que aprendemos a sanar. Somos una y somos muchas, el dolor de todas y la libertad para todas. por las mías por las tuyas por las que perdí por las que no han vuelto por las que estuvieron antes que yo y por

 Disculpa que te lo diga Pero hablo por mi amiga Porque aquí no vivo, yo sobrevivo Aún recuerdo la llamada de auxilio Mis dientes, mis manos, mis pies No paraban de temblar Mis ojos se adaptaron a la oscuridad Mi cuerpo se acostumbró a que lo tocaran y abusaran De verdad ya no podía susurrar, hablar o caminar. Después de golpes llegaron las mordidas Luego patadas, abusos y se vuelve la rutina por días Llore, llore por lastima, por rencor, por dolor Porque nunca nadie me escucho Era un asesino en silencio Que mato mi voz recuerdo como la sangre de sus brazos se desplaza hasta sus manos Lagrimas salían de mis ojos al ver mi plano abdomen destrozado Pero mis lágrimas no lo detuvieron Lo volvió a hacer y esta vez Las víctimas fueron mis piernas, ayer mi abdomen y antier mi cabello Me da más miedo pensar que quizás en unos días la victima sea mi hermana, mi madre o una amiga Luego de eso, nadie supo mas Seguían en la espera De alguien que no volver jamás. Jazmín Ruíz Facebook: Jazmin Ruiz I

 Me gusta tu rebeldía,  tu mano pequeña y fría,  tu pensamiento,  tu alma, así como el efluvio de  tus ideales indomables. Impecable es la rosa que llevas grabada  en tu clavícula derecha, haces que el viento se impaciente para  acariciar tus pétalos con roció  que veneran la vida, tu vida. Mujer independiente,  atrapadora de sueños, regálame un momento, regálame tiempo.   Mujer valiente,  mujer que sonríes al caminar, dando suspiros,  esperanza en tu andar.  Pensarte es mi enajenamiento, verte cuando no me miras mi momento selecto del día.  En tu jardín existe  múltiples versos,  prosas infinitas, silabas que llueven  mares de sal, las cuales si me permitieras  podría descifrar todas ellas.  Me gusta cuando hablas y el eco de tu voz hace temblar las cúspides cuando gritas a los cuatro vientos  con tu puño al cielo; “Resistencia”. Te acercas y me callas con tus labios me queda entonces arrullar  tu pelo negro que amonita tus pensamientos desnudos un enraizado que busca el cielo.    Cua

 Una mujer espera arrodillada en su jardín, mientras, acaricia una flor tricolor que tiene verde, azul y con el tiempo se torna morada. Acaricia suavemente la flor para recordarse ¿por qué está viva?  Y cuando piensa en la respuesta sólo ve a tres pajaritos en un rincón del jardín, se pregunta ¿vale la pena salir a su jardín para acariciar aquellas flores y ver a los pajaritos cada vez que lo hace?  Su respuesta hizo que varias lágrimas cayeran sobre las flores y sintió una punzada en la piel.  Ella espera arrodillada a que comience la primavera, una primavera en la que brotarán más flores y eso solo le parte el corazón porque sabe que será ella quien debe regar el jardín. Para ella no hay un colibrí que venga a visitarla. Instagram: @gretelgoes Dalma Gretel González Escalante una mujer nacida en el año 2,000 en el municipio de Tacaná del departamento de San Marcos, actualmente es estudiante de Relaciones Internacionales en Quetzaltenango. No se considera escritora, pero si una persona

 Camina sin rumbo, Avanza con miedo De que algún fulano La tome del pelo. Llegará el día que sin miedo Avance en su sendero Sin que un hombre la denigre, Sin que alguien con morbo la mire. Ella no es tímida,  Sólo es precavida, Porque muchas de sus amigas Han desaparecido de su vida. Todos los días alza el rostro Esperando que así como ella Otras levanten la voz Y no sean de tantas que se han callado todo el abuso que le han dado. Ella no es frágil, Pero tiene la belleza de una flor, Ella es fuerte Pero no es hombre. Porque no sólo el hombre es fuerte, Porque ella también puede ser valiente; y Porque puede trabajar y sostenerse e incluso mantenerte. Porque ella es mujer y de todo tiene el poder. Andrea S. Hernández Seudónimo: Andy Hernández Instagram: @andy.gh.05 Tumblr: Andygh05 A sus veinte años retomó su camino en la escritura, despertando nuevamente su interés gracias a la iniciativa de la Colectiva Escritoras Guatemaltecas, por la escritora Sandra Álvarez. Desde entonces forma par

 Te buscaré en los matices del ocaso, en el jardín de las estrellas, en el rocío de cada flor silvestre. Te buscaré en los versos de Neruda, en la migración de mariposas, en las fotografías de las revistas de moda. Te buscaré en las canciones de tu artista favorito, en el baúl de mi corazón, en cada partícula del aire. Te buscaré en los cuadros de Picasso, en el tráfico peatonal, en cada página del periódico. Te buscaré en los mapas del Atlas, en los números del álgebra de Baldor, en cada grano de sal de las olas. Te buscaré en cada nido de las aves, en las silenciosas nubes, en donde no parece haber nada. Te buscaré en los colores de mis sueños, en el murmullo de mi almohada, en los recuerdos del ayer. Te buscaré en cada avenida de mi ciudad, en cada gota de lluvia, en la esquina de nuestro último beso… Ceuleman Jossimar Villacinda (Guatemala)  Instagram: ceulemanvillacinda Ceuleman Villacinda (Ciudad de Guatemala. 13 de abril 1988),  músico y poeta, desde adolescente mostró interés

 He sido estafada muchas veces. Soy tan propensa. El blanco perfecto. Me doy cuenta ahora, luego de no sé cuántas veces. Ahora lo sé y no puedo culpar a nadie más que a mí. Mi inocencia y buena fe, mi ego y sentido de superioridad. Han sido lo blancos fáciles para embaucarme. La estafa que más duele, es la emocional. Que al final va unida a lo económico y el tiempo otorgado. He dado lo que he necesitado me den, y han reducido mi existencia a cenizas. He tenido que reinventarme una y otra vez. Me he consumido en la decepción y la burla. Ahora soy consciente de esta falla en mi sistema. Ahora he logrado activar ciertos controles de seguridad, que me alerte, con más certeza, ante una nueva amenaza. La estafa recurrente ha mermado y su daño es irreversible. Rechazo, sin querer, todo aquello que tenga el matiz de esperanza, del quizás acá es. Me alejo antes que puedan volver a estafarme. He sido estafada muchas veces, ahora estoy consciente de ello. Soy el blanco perfecto. Mi rareza me hace

 Qué preciosa la acción que tienes De luchar y seguir corriendo, De gritar y hacernos valer, siempre, En todo lugar. Que difícil ha sido esta lucha, La de hacerte escuchar con la mano alzada, El puño cerrado y el corazón en la mano Con lágrimas a flor de piel y el nudo en la garganta. Qué complicado es seguir en este acto, El de gritarle a los mismos oídos sordos Y seguir viviendo en la misma crónica, Crónica de una mujer que su país no la supo proteger. Andrea Ignacio Seudónimo: Pequeña Poetisa Correo: ignacioaandrea@gmail.com Instagram: @aandreaignacio Escritora guatemalteca. Ha sido parte de diversas antologías entre las que podemos mencionar: Antología poética, volumen I 25 poemas guatemaltecos Geografía literaria guatemalteca 2021 Forma parte del grupo de escritoras que hicieron posible la existencia del libro 56 altares, filos y espejos.

De niña pensaba que quería el mundo en mis manos, para conocerlo y transformarlo. Tenía muchos sueños de grandeza y poder, pero mi familia no estaba de acuerdo. Me encantaba leer y cuestionar; investigar en mi jardín se volvió mi pasión. Con mi libreta y lápiz en mano. Siempre escondida para evitar regaños. Quería ser presidenta, líder, empresaria; soñaba con viajar a todo el mundo. Y cuando preguntaba cómo lograrlo, me decían que sería capaz, si fuese hombre. ¿Siendo hombre sería más fácil? ¿Eso significa que no podré lograrlo? ¿Dónde puedo cambiarme para ser hombre? Esas dudas me impulsaban más. Veía a mis tíos, primos y hermanos, pero no veía diferencia. Es más, no tenían sueños tan grandes como yo. Eso me generó más incertidumbre Buscaba respuestas y nuevos retos Mis juegos tradicionales eran con ayuda de mi calculadora, mi lupa y mis apuntes. Seguía creando y recreando mi ser Equilibré mi inteligencia y emociones Me sentía capaz de todo. Repetía que podía con todo. En mi adolescen

 Quiero escribir esto a la mujer que ama observar el cielo, el baile y recorrido de las nubes, y la inmensidad del cosmos por la noche; Quiero escribirle a ella, a ella que sabe que el día perfecto es aquel en el que estás tranquilo; A ella que es refugio, A ella que es alegría, A ella que es tormenta, llovizna y huracán; Quiero escribirle a ella y a sus inviernos y veranos, A su fuerza, A su esperanza, A su sueño y su pasión; Quiero escribirle a ella y decirle que es la luz en mi pequeño túnel, La coincidencia más perfecta; Magia y primavera bajo el pecho, Las platicas de una noche y las sonrisas más buscadas. Quiero decirle a ella que jamás se rinda, Que jamás deje de brillar, Observar su cielo y explorar en el cosmos toda duda de su corazón. Osmar José Enrique García Retana. Seudónimo: Opa Facebook: Osmar G-r y OPA Instagram: Osmar._.opa Escritor desde su infancia, apasionado al arte y literalmente, compositor de al menos un centenar de obras literarias entre las cuales destacan aqu